El sedentarismo: riesgos para tu salud
El sedentarismo o la poca actividad física, cada vez es más común. Con el pasar de los tiempos, son más los esfuerzos por promover campañas que impulsan hábitos saludables, como comer alimentos que proporcionen niveles equilibrados de nutrientes, regular el consumo de alcohol, dejar el cigarrillo, practicar ejercicios regularmente, entre otros.
Desarrollar hábitos saludables como hacer ejercicios, no siempre es tan sencillo cuando vivimos en un mundo en el que, las labores del trabajo e incluso las distracciones, nos llevan a mantenernos en nuestra zona de confort, es decir, trabajar mayor tiempo sentado en un escritorio, pasar los ratos libres viendo buenas series o películas frente al televisor, e incluso disfrutar de una buena partida de videojuegos. Ciertamente, estas prácticas no son malas, lo que no es bueno, es hacer poco o nada de actividad física.
¿Qué pasa en el cuerpo de una persona sedentaria?
La inactividad impide el normal desarrollo de diversas funciones del organismo, por ejemplo:
- Quemas menos calorías: debido a la falta de actividad, el cuerpo quema menos calorías, por ende, aumentan las posibilidades de subir de peso.
- Pierdes masa muscular: esto se debe a que los músculos no tienen actividad regular.
- Se te debilitan los huesos: paulatinamente se pierde contenido mineral de los huesos, por lo tanto, se debilitan.
- Menor rendimiento del metabolismo: es probable que su metabolismo se vea afectado y se dificulte el proceso normal para sintetizar grasas y azúcares.
- Menor rendimiento del sistema inmune: este también puede verse afectado y disminuir su funcionamiento.
- La circulación de la sangre: el sedentarismo y otras acciones como la mala alimentación podrían afectar el sistema circulatorio.
- Otros: como el desarrollo de desequilibrio hormonal y aumento de las probabilidades de sufrir inflamaciones.
El sedentarismo y su relación con la salud
Si bien descansar correctamente es bueno para la salud, un estilo de vida inactivo podría aumentar los riesgos de padecer enfermedades como:
- La obesidad
- Osteoporosis
- Enfermedades cardíacas
- Alta presión arterial
- Aumento de depresión y ansiedad
- Colesterol alto
- Accidente cerebrovascular
- Síndrome metabólico
- Diabetes tipo 2
- Algunos tipos de cáncer: como del colon, seno y útero
¿Qué hacer al respecto?
Si llevar un estilo de vida sedentario puede aumentar los riesgos de sufrir enfermedades, hay que tener claro, que desarrollar el hábito de practicar ejercicios regularmente, podría mejorar su salud física y emocional, puesto que te beneficia en diversos aspectos como: liberar el estrés, ayudar a controlar el peso, promover un mejor descanso, e incluso, aumentar las posibilidades de vivir más tiempo. ¡Pero, cuidado! Los cambios radicales no son la mejor opción, si estás pensando en iniciar una rutina, considera lo siguiente:
- Escoge una actividad que te guste: si quieres empezar una rutina de ejercicios, debes escoger disciplinas por las que te sientas atraído, ejemplo: si te gusta la música, la bailoterapia podría ser tu mejor opción.
- Agrega ejercicios de forma gradual: Una vez que ya tienes la iniciativa de empezar y la disciplina que quieres practicar, debes tener en cuenta ir despacio, por lo tanto, es necesario conversar con tu instructor para que apliques ejercicios acorde a tu nivel de resistencia.
- Siéntete cómodo: la comodidad es un factor importante, por lo tanto, no dudes en utilizar ropa y calzado con los que te sientas bien para realizar los distintos movimientos.
- Establece un horario: el horario es importante cuando quieres establecer rutinas en tu vida, porque nos compromete a cumplir las tareas en determinado momento. En caso de fallar un día, es importante recuperar lo perdido en la siguiente sesión.
- Hidratación: otro buen punto que debes tener en tu lista de prioridades, es mantenerte hidratado antes, durante y después de la jornada de ejercicios.
La inactividad física es un problema de salud pública a nivel mundial que afecta al menos a un 60% de la población. Así que, es tu decisión ser parte de dicha estadística o dar un nuevo rumbo a tu vida, en beneficio de tu propia salud.