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Relaciones afectivas: saludables y poco saludables

A lo largo de la vida, construimos lazos afectivos que impactan nuestro bienestar emocional, mental y físico, aspectos fundamentales para mantenernos sanos. Las relaciones saludables integran un conjunto de principios que permiten reducir el estrés e incluso ayudan a prevenir enfermedades cardíacas y de otros tipos.

En este sentido, se hace muy importante, instruir desde pequeños las formas para mantener relaciones saludables en todo momento, ya sea que se trate en el ámbito familiar, comunitario, laboral o de pareja.

¿Cómo identificar relaciones saludables?

Si bien es cierto, pasamos nuestra vida creando y fortaleciendo lazos afectivos con las personas que nos rodean (familia, amigos y compañeros), estas pueden ser saludables, no saludables e incluso abusivas, por lo tanto, se hace importante saber identificar los valores que representan una relación sana. Algunos de ellos son:

  • Te sientes bien consigo mismo y las demás personas que te rodean, es decir, pareja, familia, amigos…
  • Es fácil explicar los sentimientos al conversar sobre la relación en cuestión.
  • Ambas partes de la relación se escuchan y convienen puntos de encuentro que permiten dejar de lado las agresiones.
  • Ambos se sienten valorados y el uno al otro responden con suficiente confianza.
  • Toman decisiones en conjunto.
  • Conversan sobre las diferencias y ambos trabajan de manera individual para evitar que vuelva a suceder.

Los patrones de conducta y las relaciones no saludables

Los patrones de conducta juegan un papel fundamental en las relaciones, a tal punto, que aún siendo adultos se permiten acciones abusivas de carácter verbal, emocional, físico y hasta sexual, esto quiere decir, que se adoptan situaciones no convenientes como normales, por cuanto han visto o vivido esta experiencia en personas de su entorno cercano, por eso se le llama “repetir patrones de conducta”.

En este sentido, una persona que repite patrones de conductas poco saludables, se le hace difícil identificar relaciones afectivas que le benefician o incluso, se vuelve el agresor, asumiendo de forma inconsciente que son acciones normales.
Algunas de las características más significativas de las relaciones no saludables son:

  • Una de las partes hace sentir su poderío constantemente, haciendo sentir el dominio sobre el otro.
  • Dirigirse con palabras hirientes.
  • Descuidar o evitar demostraciones de afecto.
  • Hacer que una de las partes se sienta culpable de las diferencias, haciéndole creer que es muy sensible.
  • Quien tiene el dominio le impide a la otra persona que comparta o socialice con sus seres queridos, como familia, amigos e incluso en que mantenga comunicación a través de las redes sociales.

Mantenerse dentro de una relación poco saludable o abusiva no es bueno, por lo tanto, si identificamos algunas de estas características, es importante buscar ayuda para reparar la situación o incluso apartarse de ella, de cualquier manera, es importante tomar la decisión de acudir a las personas adecuadas en busca de apoyo.

El principio más importante para tener relaciones afectivas saludables es entender tu valor como persona, y en esa misma proporción deberás recibir afecto de quienes te rodean, en este sentido, debes identificar las acciones o situaciones que te generan felicidad y bienestar, lo que a su vez, te ayudará a percibir mejor el buen trato que mereces de los demás.

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